AA. VV.
Industria cinematográfica latinoamericana
La crujía
Páginas: 280
Formato:
Peso: 0.258 kgs.
ISBN: 9789876011464
La cinematografía es cultura y ésta se encuentra en el eje de las transformaciones históricas de la sociedad. La digitalización, con las transformaciones económicas y tecnológicas que implica, está cambiando el panorama en todos los estratos de su cadena de valor, producción, distribución y exhibición, por lo que el modelo de negocio y las políticas públicas que sostienen esta industria cultural deben adaptarse. Las investigaciones de este libro plantean que los gobiernos, de cinematografías pequeñas como las latinoamericanas, deben contar con herramientas suficientes para definir y ejecutar sus políticas audiovisuales y no dejar en manos del mercado parte del futuro cultural de sus países. Con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) se ha podido desarrollar un trabajo colectivo en el que se analiza la situación de seis cinematografías latinoamericanas totalmente diferentes (Argentina, Bolivia, Brasil, México, Paraguay y Uruguay) en aspectos relacionados con el fomento a la producción, la creación, la difusión, las nuevas tecnologías y ios derechos de autor en el nuevo espacio digital. Los textos que componen este libro analizan el cine como medio de comunicación, como "artefacto cultural" que transforma las sociedades y como elemento clave para la diversidad cultural. Los contenidos de esta potente industria cultural deben ser preservados como un bien público, y los Estados deben asumir un rol activo en la generación y difusión de los mismos, con el objetivo de impulsar los audiovisuales nacionales como uno de los pilares más importantes para el desarrollo en las sociedades del siglo XXI. Desde siempre, la sociedad se ha alimentado de ficciones, y así lo seguirá haciendo aunque sea a través de nuevos instrumentos y de nuevos modos de consumo. Para no romper el vínculo entre pasado y futuro los profesionales deben seguir construyendo historias y los países deben generar estructuras de apoyo para preservar este bien común.