| 1 cuota de $21.999,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $21.999,00 |
| 2 cuotas de $13.143,30 | Total $26.286,61 | |
| 3 cuotas de $9.125,92 | Total $27.377,76 | |
| 6 cuotas de $5.203,13 | Total $31.218,78 | |
| 9 cuotas de $3.869,38 | Total $34.824,42 | |
| 12 cuotas de $3.255,85 | Total $39.070,22 |
| 1 cuota de $21.999,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $21.999,00 |
| 3 cuotas de $7.910,84 | Total $23.732,52 | |
| 6 cuotas de $4.256,07 | Total $25.536,44 | |
| 9 cuotas de $3.051,75 | Total $27.465,75 | |
| 12 cuotas de $2.460,58 | Total $29.527,06 | |
| 18 cuotas de $2.889,20 | Total $52.005,64 |
| 1 cuota de $26.218,41 | Total $26.218,41 | |
| 6 cuotas de $4.994,50 | Total $29.967,04 | |
| 12 cuotas de $3.320,01 | Total $39.840,19 |
Stefan Zweig
Américo Vespucio: la crónica de un error histórico
Godot
Páginas: 96
Formato:
Peso: 0.149 kgs.
ISBN: 9786316532558
¿Quién dio el nombre América a América? Esta es una pregunta que cualquier niño de edad escolar puede responder bien derechito y sin pensar: Américo Vespucio. Pero ante la siguiente pregunta, hasta los adultos van a sentirse inseguros y vacilar: ¿y por qué se bautizó el continente con el nombre de pila de Américo Vespucio? ¿Porque Vespucio descubrió América? ¡Claro que no! ¿O porque fue el primero en pisar tierra firme y no solo las islas periféricas? Pero tampoco: los primeros en pisar masa continental fueron Colón y Sebastián Caboto, no Vespucio. ¿Entonces será porque se autoproclamó el primero en desembarcar ahí? Vespucio jamás registró ese título legal ante ninguna autoridad. ¿O porque fue un académico y cartógrafo ambicioso y propuso que se le diera su nombre a ese territorio? No, tampoco, y lo más probable es que no haya ni llegado a ver esa denominación en toda su vida. Pero entonces ¿por qué? Si no hizo nada de todo eso, ¿por qué le fue concedido justo a él el honor de perpetuar su nombre para toda la eternidad? ¿Por qué América se llama América y no Colonia? Este breve ensayo biográfico sobre la figura de Vespucio fue escrito por Stefan Zweig en 1941 y publicado de manera póstuma. En él, se reconstruyen todas las circunstancias, casualidades, malentendidos y por qué no alguna pizca de astucia por las que el nombre de Américo Vespucio quedó inmortalizado. Después de todo, quien descubrió América pero no la reconoció fue Colón y quien no la descubrió pero fue el primero en reconocerla fue Vespucio.
